El objetivo del tope de precios del barril de petróleo era privar al gobierno ruso de los medios económicos necesarios para financiar la ofensiva militar en Ucrania, sin repercutir en la economía del resto de naciones. Los países que conforman el Grupo de los Siete, el G7, acordaron limitar dicho precio a entre 65 y 70 dólares. Sin embargo, la estrategia parece no haber funcionado como esperaban.
El G7, que incluye a Estados Unidos, la Unión Europea y Australia, tiene previsto aplicar este límite de precios a partir del 5 de diciembre, pero no contaban con que muchos compradores asiáticos ya están pagando a Rusia por su petróleo.
Las directrices del Tesoro de Estados Unidos publicadas el pasado martes aseguran que los topes se pondrán en lo que se conoce como precios Free-On-Board, que no incluyen el coste del seguro ni del transporte.
El crudo procedente de Rusia frente al Brent
La India y China se han convertido en los dos grandes compradores de petróleo ruso desde el comienzo del conflicto en febrero. De hecho, algunas refinerías indias están pagando por el crudo ruso entre 25 y 35 dólares menos por barril.

Actualmente, el Brent cotiza a 85 dólares el barril. Esto implica un precio de entre 50 y 60 dólares el barril de crudo ruso, por debajo del tope.
Como consecuencia, los transportistas y aseguradoras occidentales que viven en países que han impuesto sanciones a Rusia podrían prestar servicios para cubrir los envíos de crudo ruso sin temor a ser sancionados.
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